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lunes, 4 de febrero de 2019

Capítulo II



Al principio todo era perfecto, pero luego comenzaron los problemas.
Al principio se resolvía todo con un lo siento y un beso, eran pequeñeces que fácilmente tenían solución, pasaban los meses y las discusiones se hacían más seguidas y algunas terminaban en rompimientos, pero lo solucionábamos y volvíamos a estar juntos.

Para mí el amor de Andrés era de lo mejor que yo tenía, a veces uno de los 2 hacia cosas que lastimaban, pero apenas éramos unos niños, y cuando eres niño los errores brotan de todos lados ya que la inmadurez está a flor de piel, y nadie nace con un manual para amar.

Debo aceptar que él estuvo a mi lado en los momentos más difíciles de mi vida, cuando me arrebataron a mis amados padres; permaneció constantemente ahí dándome fuerzas, alentándome, llorando en silencio conmigo la pena de haberlos perdido a ambos. Me ayudo a seguir, cuando sentí que me había quedado sin ese amor irremplazable, ahí estuvo dándome su mano, dándome su amor.

Un 24 de diciembre mis padres murieron en una accidente de auto, venían de Puerto Cortes camino a la Ceiba eran las 2:00 de la tarde, un conductor ebrio fue a impactar justamente al auto de mis padres, los 3 murieron al instante.

En la escuela no te preparan para ese tipo de cosas, yo aun no estaba preparada para perderlos, ellos eran todo para mí, yo nunca tuve hermanos, no imagine… no imagine nunca que morirían así.

Acababa de cumplir 17 años y me había quedado completamente sola, yo necesitaba a mis padres, no sabía que sería de mi vida sin ellos, yo no lograba entender porque morían  personas inocentes. Yo no entendía ¿porque?; quería odiar a todo el mundo, a todos los irresponsables e inconscientes que conducen ebrios, quería hacer justicia por mis manos, yo quería vengarme… odiaba con todo mi corazón a ese hombre y a su familia, odiaba todo lo que tenía que ver con ellos.

Quisieron indemnizar los daños e incluso darme dinero para que yo supliera mis gastos porque yo aun era menor de edad y dependía enteramente de mis padres. Pensaba que ellos por ser una familia adinerada creían que solucionarían todo con dinero, pero yo no quería dinero yo quería a mis padres y ni oro ni plata los haría volver.

Yo que con ansias esperaba el regreso de mis padres para compartir juntos noche buena; había recibido ese día la noticia más terrible.
Desde ese día para mí las navidades estaban muertas.

Me costó mucho comprender y aceptar que si necesitaba el dinero que la familia de aquel hombre me estaba dando, se avecinaban tantos problemas, me fue difícil; pero al final entendí que su familia no tenía la culpa, ellos no eran culpables de los actos irresponsables de aquel hombre, ellos también habían perdido a un ser querido, ellos también sufrían como yo.

Todo aquello fue producto de una inmadurez de los actos de una persona, no solo  había asesinado y acabado con su vida sino que había destrozado 2 familias enteras, y dejado a la merced en este mundo.

Después de varios años de odio sufrimiento y rencor, termine perdonando, al fin saque esa espina que estaba envenenando mi corazón, y perdone.

Es imposible olvidar todo eso que paso, pero esas son las cosas que nos hacen fuertes, yo por ser hija única, había sido mimada, consentida y puesta en una burbujita por mis padres, yo creía que en el mundo todos eran buenos, yo no había tocado realidad hasta ese momento. Con la muerte de mis padres comenzaron para mí los años más difíciles de toda mi vida, tuve que aprender a sacar agallas y luchar.

De la poca familia que yo tenía, la mayoría me dio la espalda, solo puedo contar a 6 personas que estuvieron ahí conmigo siempre incondicionalmente; mío tío, su esposa, sus 2 hijos, Aby y Andrés mi querido Andrés.

A pesar de todas las dificultades que tuvimos con Andrés, y las infinidades de problemas que cotidianamente teníamos, siempre estuvo a mi lado, dándome sus hombros para llorar, dando su mano para levantarme y seguir, nunca me dejo sola durante todo ese tiempo. Cuando yo sentía que lo había perdido todo incluso la esperanza cuando ya no encontraba consuelo lo que me quedaba era su amor.

Dos años estuvimos de novios aunque rompimos muchas veces, siempre conseguíamos solucionar los problemas y regresábamos para estar juntos, pasara lo que pasara. Realmente nos amábamos.

Todo había comenzado en un salón de clases de la escuela y por cosas de la vida tuvimos que separarnos dejando solamente una ilusión apagada en nuestros corazones, pero volvimos a reencontrarnos por una casualidad de la vida y esa ilusión volvió a encenderse y se convirtió en amor.

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