Tuve que ir al médico.
Luego fui al psicólogo, asistía frecuentemente; mejoraba luego
recaía y así pasaba siempre.
Nada me calmaba, nada me ayudaba, cada día estaba peor, lo único que
me aliviaban un poco eran los antidepresivos. Pero termine haciéndome adictiva
a ellos.
Me sentía más sola que nunca y muy frecuentemente venia a mí el
recuerdo de mis padres lo cual me hacía sentir peor. Aby mi mejor amiga se había
regresado a Paraguay.
No tenía nada… solo quería cerrar los ojos, dormir y nunca despertar.
Sentía que lo había perdido todo y extrañaba demasiado a mis padres.
Hablaba por teléfono con Aby y recuerdo que ella me decía:
-Vamos Fiore vos podes, no te dejes derrumbar, seguí adelante vos
podes, se fuerte. Deja eso atrás, déjale que ya es pasado…
Pero aun con las muchas palabras de aliento para mí era difícil, no
porque no pudiera. Sino por mi actitud, porque era yo la que me negaba a dejar
todo atrás, era mi actitud… actitud y carácter era lo que me faltaba. Yo no
ponía de mi parte, me había estancado a ser el mártir.
Creía que ahí se acababa el mundo.
Como era de esperarse me despidieron y ya había gastado casi todos
mis ahorros en medicamentos, hospital y sesiones al psicólogo.
Y luego desempleada y sin buscar trabajo, encerrada en mi cuarto día
y noche gastando lo poco que tenia, me quede sin nada. Se llego el recibo de la
luz, el agua y la mensualidad del apartamento. Yo estaba quebrada, ya ni
siquiera tenía para comprar comida. No tenía a quien recurrir, mis tíos apenas
tenían para ellos. No podía ser injusta y pedirles ayuda, ellos no debían
enterarse de mi situación.
Y no tenía ni amigos, nadie que me apreciara lo suficiente como para
ayudarme, ya que siempre había sido una caja cerrada, tan introvertida que
jamás socialice con nadie como para crear una amistad, una verdadera amistad.
En el trabajo que antes tenía, había una compañera de trabajo
llamada Walquiria que siempre se portaba atenta conmigo y cuando se entero de
mi situación me abrió las puertas de su casa. Yo ya no tenía nada todo lo que tenía
en el apartamento me lo habían decomisado como pago a lo todo lo que debía.
Todo lo que había logrado con mi sudor durante varios años lo había perdido, yo
lo había dejado perder.
Walquiria me ayudo tanto, sin reclamarme nada, sin reprocharme, sin cobrarme.
Me ayudo tan solidariamente que creo que nunca podre pagarle todo lo que hizo
por mí.
Hizo más que darme un techo y comida. Me dio apoyo, comprensión y
amistad de manera desinteresada. Ella sabía muy bien que yo no tenía con que
pagarle pero aun así no me abandono. Aby tampoco lo hizo.
Yo intente conseguir trabajo pero me fue muy difícil, no tenía
buenas referencias de mi último empleo; Aby solía ayudarme enviándome un poco
de dinero el cual servía para ayudarle a Walquiria a comprar la comida. Pero
pasaron 2 semanas en las que no supe nada de ella, cuando un día me llamo y sin
rodeos me dijo:
-Vente conmigo a Paraguay
<<Yo me impresione mucho ¿Irme? Tan lejos>>
-Ya tengo todo listo dijo ella, solo tramita tus papeles.
<<Por un momento creí que bromeaba, pero no era así, hablaba
en serio>>
-Vuelve a comenzar acá.
Así fue, me fui a Paraguay.
Walquiria me acompaño al aeropuerto; me despedí y le agradecí a ella
todo lo que hizo por mí.
Pronto me encontraba de camino a un nuevo país totalmente
desconocido para mí.
Al llegar Aby estaba esperándome, me llevo a su casa en la cual sus
padres me recibieron alegremente.
Me pidieron los acompañara todos los días a un souvenir que tenían.
Aby trabajaba en otro lugar. Mientras ella trabajaba yo estaba con
sus padres en el souvenir.
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